Y semillas de amapola, que son antioxidantes. Y unas gotas de aroma de frangipani que combinan con la magnolia y el a.e de sándalo.
Es un jabón calmante, antioxidante y antiséptico elaborado sobre una base de aceites saponificados de Oliva Virgen, Coco, Trigo, Almendras Dulces, y Manteca de Cacao.
Huele de maravilla, primero a las flores y luego prevalece el sándalo, que además de relajante y calmante, tiene propiedades antisépticas y antiacnéicas. Mejor os dejo las fotos, que lo dicen todo!
Y tb vainilla y mucho aceite de oliva virgen y aceite de coco y manteca de cacao. Este es un jabón de aprovechamiento, con trocitos rallados de restos de otros jabones.
Generalmente no me suele quedar ningún resto, pero a veces un trozo queda mal cortado o feo, y esos trozos todos juntos amalgamados dentro de un saponificado de aceite de oliva son estupendos y huelen de maravilla.
Este jabón lo voy a reservar para los jabones de Navidad ya que me recuerda un poco en aroma al turrón, y en textura también!
Paradójicamente a los jaboneros no nos regalan jabón, a pesar de ser lo que más nos gusta en el mundo!!! Pero eso lo solucionamos rápidamente Irene del blog Aguja y Cuchara y yo, e hicimos un intercambio de jabones y otras cosas maravillosas.
Además, a mi se me antojó su Harissa
que es la más deliciosa que he probado nunca!!!!! Irene es todoterreno y
autosuficiente y hace DE TODO! Me encanta su energía y vitalidad. Y sus
recetas de cocina (que muchas le he copiado) Además lo explica todo
genial.
Sus jabones me han encantado y son preciosos, con la sencillez de las
cosas puras y buenas, y de quien no necesita disfrazar nada. Los estoy
disfrutando muchísimo, y le voy a copiar un jabón muy peculiar en su
composición que me ha sorprendido completamente y a partir de ahora no
voy a poder vivir sin él. Y es tan peculiar porque la grasa saponificada
es sólo aceite de coco, sin más, lo que en principio iría en contra de
todas las técnicas jaboneras. Pero ella ha encontrado una fórmula
maravillosa y ha logrado lo que muy pocos jaboneros conseguirían.
También me regalo un bote de Manteca de Karité pura batida, que me encanta y que uso un poquito cada noche en cara, cuello y manos
Jabón caracterizado por el olor de la manteca de karité virgen, pura y bien concentrada.
Se obtiene del prensado en frio del fruto del árbol de karité, en Senegal. Y se puede utilizar en estado puro, con su color veteado beige grisaceo y un fuerte olor, totalmente desconocido para nuestra nariz. También se encuentra en estado refinado y desodorizada.
Todos mis jabones llevan un poquito de manteca de karité pura, lo suficiente para beneficiarme de sus propiedades pero no tanta como para que predomine el olor. Y todas mis cremas, exfoliantes y demás ungüentos llevan un mucho de manteca de karité refinada, mucho más suave que la anterior.
Los beneficios de los ácidos grasos de esta manteca en estado puro son tantos que es recomendable tener en casa un botecito y usarla tal cual para cualquier afección cutanea, quemadura, grietas, estrias, picaduras y también para las heridas, rozaduras y raspones. Además, la sensación de la manteca pura es no grasa, se extiende muy bien y se absorbe de inmediato. Y sólo se necesita usar muy poquito
Es el cicatrizante y regenerador celular más potente que conozco, y además aporta un factor de protección solar de 6 aproximadamente. Por eso la utilizo en todas las cremas. Y, virgen, me aplico un poco por las noches antes de dormir en cara y cuello. Con el tiempo te acostumbras al olor y lo encuentras reconfortante.
Es un regalo de la naturaleza, pero es importante usarla de la mejor calidad y en cantidad adecuada si es refinada (al menos 15 - 20% de producto).